Ya sabe, todo lo que resulte de novedoso en la crisis de la burbuja europea, será posible en nuestro país, ya que por diferentes razones, la crisis de la vivienda en argentina presenta los mismos efectos.
Los inquilinos podemos empezar a temblar, ya que en España se está sembrando nuestros padecimientos del futuro.
El viernes pasado, se aprobaron nuevos impuestos para empresas, con el objeto de recaudar y cubrir el déficit del gobierno, en deudas, en malas inversiones económicas o malos manejos financieros.
La primera en caer es la sospechosa de siempre, la energía.
En la realidad es las sospechosa en todo el planeta, todos estamos consientes de la necesidad de generar energía alternativa, que aunque existe hace mucho, las eólica, la solar, los simples mortales no comprendemos por qué no se usa.
Lo que se sabe es que hay algo así como siete nuevos impuestos que tienen apuntada a las empresas energéticas, lo que implica, ya se sabe, que ese déficit lo paga el usuario.
Es decir, las nuevas tecnologías, o las viejas, el buen o mal servicio, será subvencionado por los de siempre, nosotros, los usuarios.
En Europa ya es proyecto de ley, lo que en medio del ahogo de la burbuja inmobiliaria produce el efecto de la crisis la pagarán todos, aún los que no se metieron en la locura que generó la caída del sector.
Es curiosa la economía, prevén la ganancia que el estado conseguirá con imponer estos impuestos, sin tener en cuenta que habrá quienes no podrán responder a esas exigencias o que a la larga, cuando se estira una sábana de un lado, alguien queda destapado del otro.
Mientras, si se van a pagar impuestos por nuevas tecnologías, ¿para qué implementarlas?, no parece una buena idea si se quiere pensar en el futuro, donde se supone que se quiere implementar nuevas formas del uso de esa tecnología, pero no para pagar impuestos al gobierno, sino para salvar el planeta de los desastres que nosotros mismos le provocamos.
Un paso adelante, dos atrás con las intenciones de ayudar al planeta, ahorrando.